viernes, 20 de mayo de 2011

Por si hay dudas, ¿Cuáles son los principios innegociables?

Según el papa hay tres principios innegociables para la Iglesia y los cristianos en la vida pública (y supongo que las elecciones también son parte de esta vida pública):
  1. La defensa de la Vida
  2. El reconocimiento de la familia
  3. La libertad de educación
Y el PP no lo cumple, PSOE no lo cumple...

A continuación pongo el artículo en el que lo he encontrado. Y el enlace aquí:
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 29 marzo 2006 (ZENIT.org).- Hay tres principios que son innegociables para la Iglesia y los cristianos en la vida pública, explicó este jueves Benedicto XVI: la defensa de la vida, el reconocimiento de la familia, y la libertad de educación.
El Papa los expuso a unos quinientos parlamentarios del Partido Popular Europeo, que han celebrado en Roma su congreso continental.
En su discurso, con el que respondió a las palabras de saludo del presidente del gruido parlamentario, Hans-Gert Poettering, el Santo Padre comenzó reivindicando el derecho de los representantes religiosos a expresar sus principios en una sociedad democrática.
«Cuando las Iglesias o las comunidades eclesiales intervienen en el debate público, expresando reservas o recordando principios, no están manifestando formas de intolerancia o interferencia, pues estas intervenciones buscan únicamente iluminar las conciencias, para que las personas puedan actuar libremente y con responsabilidad, según las auténticas exigencias de la justicia, aunque esto pueda entrar en conflicto con situaciones de poder y de interés personal», aclaró.
Pasando después a analizar en particular las intervenciones públicas de la Iglesia católicas, su máximo guía y pastor aclaró que su interés «se centra en la protección y la promoción de la dignidad de la persona y por ello presta particular atención a los principios que no son negociables».
Con la claridad de un profesor, enunció estos principios de este modo:
--«protección de la vida en todas sus fases, desde el primer momento de su concepción hasta su muerte natural»;

--«reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como una unión entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa ante los intentos de hacer que sea jurídicamente equivalente a formas radicalmente diferentes de unión que en realidad la dañan y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su papel social insustituible»;
--«la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos».
Benedicto XVI siguió aclarando que «estos principios no son verdades de fe», pues «aunque queden iluminados y confirmados por fe; están inscritos en la naturaleza humana, y por lo tanto son comunes a toda la humanidad».
«La acción de la Iglesia en su promoción no es por lo tanto de carácter confesional, sino que se dirige a todas las personas, independientemente de su afiliación religiosa», afirmó.
Esta labor de defensa de estos aspectos fundamentales de la dignidad humana, concluyó, no sólo debería ser realizada por la Iglesia. De hecho, «es aún más necesaria en la medida en que estos principios son negados o malentendidos, pues de este modo se comete una ofensa a la verdad de la persona humana, una grave herida provocada a la justicia misma».

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