lunes, 31 de octubre de 2011

Tú, cristiano, ¿quieres la paz?

Leí ayer como "la paz no consiste en una mera ausencia de guerra ni se reduce a asegurar el equilibrio de las distintas fuerzas contrarias ni nace del dominio despótico". Es decir, pensamos tantas veces, e incluso ingenuamente, que mientras no existan contiendas o mientras el pastel esté equitativamente repartido por dos bandos claramente de ideas opuestas o mientras todo quede bajo el control de alguien, ya hay paz. Y, por tanto, en España hay paz. Hay una supuesta paz porque la última guerra sucedió hace mucho tiempo. Hay "paz", además, porque el PSOE y el PP en sus rifirrafes diarios --pero muy falsos-- mantienen el ambiente de la "normalidad". Y hay esa hipotética paz, por último, porque ZP controla la Nación haciendo lo que le dá la gana --domina hasta el poder legislativo y el judicial. ¿En España hay paz? Pues, no. ¿Por qué? Porque lo que sí que es contrario a la paz es la injusticia. Y sigue diciendo lo que leí ayer: "La paz de la que hablamos no puede obtenerse en este mundo si no se garantiza el bien de cada una de las personas". Es decir, en España, mientras no se garantice el bien de aquellos que son gestados en los vientres de las mujeres, mientras exista una Ley del aborto --bien la actual del PSOE, bien la que mantendrá el PP--, no habrá paz. En definitiva, es injusto que mueran tantos niños y esto es una cosa que no nos puede dejar tranquilos.


(Por favor, si vas a dejar un comentario diciendo que el autor de este post es del PP o del PSOE, aprovecha tu tiempo en hacer otra cosa)

(Las citas son del documento del Concilio Vaticano II llamado Gaudium et Spes, número 78).

lunes, 19 de septiembre de 2011

El escaño de la Vida

No nos engañemos, tanto en PP como el PSOE son partidos abortistas.


¿Cómo estamos hoy gracias al apoyo a estos dos partidos?

Pues según los datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística a fecha del 2009 se mataban al 20% de los hijos concebidos. Es decir, en uno de cada cinco embarazos se decide matar al ser humano más inocente e indefenso de todos. Lo triste es que este porcentaje, lejos de disminuir o estancarse, tiene tendencia preocupantemente creciente.


¿Cuál es el reparto del poder en el parlamento?


¿Quién de todos estos partidos defiende la Vida? Absolutamente nadie.

En cualquier receta culinaria echamos tan sólo un poco de sal para salar todo el conjunto de la comida. Muchas veces un pellizquito de sal marca la diferencia en el gusto de una comida. La sal puede será aproximadamente un 0.5% de la masa total en una receta.

En total hay 350 escaños en el congreso de los diputados. Haciendo un cálculo muy sencillo vemos que un único escaño corresponde a menos del 0.3% del conjunto total de escaños.

Algo falta en esta receta política, ¿dónde está el anuncio del Evangelio? ¿dónde está la sal? ¿Acaso no estamos los cristianos llamados a ser sal, luz y fermento?

Muchas veces votamos al mal menor, o por ideología, o por la economía, o por la crisis... Y sin embargo estamos llamados a buscar primero el Reino de Dios y su justicia, tenemos la promesa de que el resto se nos daría por añadidura... ¿Dónde está esa primera búsqueda del Reino y su justicia? ¿No deberíamos, al menos, replantearnos los verdaderos motivos para dar nuestro apoyo a un partido o a otro?

Y aunque estos deberían ser los primeros motivos, incluso hay una serie de razones prácticas que nos podrían disuadir de votar al PP como opción del mal menor:

1) En la práctica el PSOE propone y efectúa su proyecto de ingeniería social y el PP es quien lo consolida, pues no tiene propuesta cultural alternativa a la cultura de la muerte. Esto hace que el bipartidismo sea una apisonadora de la defensa de la Vida de la que estamos llamados a participar: el PSOE lo introduce, el PP lo consolida. Vamos, que el "mal" deja de ser "menor".

2) Si el PP da por supuesto el voto cristiano no se molestará en ganárselo y optará por incluir en su programa electoral aquellas propuestas que atraigan el voto de otros sectores. Es decir, el voto cristiano irá a la basura pues en la práctica no se tendrá en cuenta.

3) Un poco de estrategia: Si según las encuestas el PP saldrá ganador con mayoría absoluta esta es la ocasión perfecta para votar a un partido que promueva la cultura de la Vida y que aún así salga el PP en el caso de que nos guste alguna parte de su programa. Así aunque sólo fuera un escaño, el escaño de la Vida, por lo menos habremos llevado algo de sal al parlamento y tendríamos un precedente para que alguno de los partidos trate de incluir en sus propuestas la defensa de la Vida para ganarse ese escaño.

"No votaré a un partido que no defienda explícitamente los principios innegociables, especialmente el derecho incondicional a la vida desde el momento de la concepción hasta su término natural."

viernes, 8 de julio de 2011

¿no habría que hacer nada?

Lo bueno que han tenido las acampadas por la vida en Sol es que han removido un poco a los políticos a pronunciarse al respecto.

Rajoy lo ha hecho, ¿y qué ha dicho?

- Que va a cambiar la Ley de la AidoAbortos para "volver la la ley anterior". Lo triste es que, que yo sepa, no se puede "volver" a una ley derogada. Esto es así, y Rajoy lo sabe. Sería preciso hacer una nueva ley, aunque tenga el mismo contenido. ¿Se propone Rajoy a hacer una ley coladero como la que creó una situación en la práctica de aborto libre? Pasaremso de la Ley AídoAbortos a la Ley RajoyAbotos???

- Leo aquí que Rajoy esperará a la resolución del Alto Tribunal pues el PP considera probable que declare inconstitucionales los supuestos elevados a su consideración y, si es así, palabras textuales: "no habría que hacer nada". Señores del PP, ¿no habría que hacer nada?

Los datos del INE hablan por si solos: desde 1992 hasta 2009 han sido víctimas del aborto 1.242.169 seres humanos y actualmente son abortados 1 de cada 5 hijos concebidos (el 20%) ¿Y consideran que no hay que hacer nada?

Sin embargo, aunque ellos no vayan a hacer nada, tú y yo podemos hacer algo, votar en conciencia!!! Puedes buscar un partido que tenga entre sus objetivos la defensa de la Vida y votar por él en las próximas elecciones.

sábado, 21 de mayo de 2011

¿Qué dicen los Obispos acerca del voto?

Los siete obispos de la provincia eclesiástica de Madrid (que incluye las diócesis de Madrid, Getafe y Alcalá de Henares) insisten en:

1. El derecho a la vida debe ser eficazmente tutelado en todas las etapas de la existencia de la persona, desde su concepción hasta su muerte natural. Ningún supuesto o real bien social o personal puede justificar la eliminación de un ser humano inocente por el aborto - incluida la llamada píldora del día siguiente - o la eutanasia.

2. El derecho a la libertad religiosa ha de ser también protegido. Lo cual comporta la exigencia del respeto a los lugares de culto y a los signos religiosos, así como la tutela de la expresión y valoración públicas de las convicciones religiosas, especialmente las de la fe católica, configuradora de nuestro patrimonio cultural y moral.

3. La familia ha de ser objeto de un reconocimiento específico y de una promoción esmerada. Las leyes y las disposiciones administrativas deben reconocer, proteger y promover la institución del matrimonio, sin la que no es posible la vida familiar. Según la recta razón, iluminada por la fe, la institución del matrimonio se basa en el consorcio de vida de un hombre y una mujer libre y definitivamente establecido en orden a la realización personal de los esposos y a la procreación. La protección de la familia exige también que se facilite el acceso a una vivienda digna y a un trabajo acorde con las exigencias familiares, en particular, a los jóvenes.

En Asturias, donde existe una sola diócesis, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz pide en una nota:

"Votar a quien defienda la vida en todas sus fases, la maternidad y los retos de la familia".

En la pequeña diócesis rural de Ciudad Rodrigo, el obispo Raúl Berzosa, hasta hace poco auxiliar de Sanz en Oviedo, recuerda en una carta pastoral:

“Ningún programa político agota ni encarna las exigencias del Evangelio ni de la Doctrina social y moral de la Iglesia”. Pero “no todos los programas son igualmente compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana”.

¿Y qué han dicho otras realidades eclesiales como, por ejemplo, Comunión y Liberación?

"El triste espectáculo de una vida pública dominada por la descalificación continua, la falta de diálogo y una exasperante ideologización, ha provocado un desinterés por la construcción de la polis [...] Apoyaremos a aquellos formaciones políticas que respetan la vida y favorezcan la familia como fuente de cohesión social, que valoren y sostengan con creatividad la libertad de educar y que alienten la libre iniciativa creadora del empleo".

Parece ser, en definitiva, que muchos tienen claro que existen los llamados "temas no negociables" de B16: la defensa de la vida, el matrimonio y la libertad religiosa y educativa.

viernes, 20 de mayo de 2011

Por si hay dudas, ¿Cuáles son los principios innegociables?

Según el papa hay tres principios innegociables para la Iglesia y los cristianos en la vida pública (y supongo que las elecciones también son parte de esta vida pública):
  1. La defensa de la Vida
  2. El reconocimiento de la familia
  3. La libertad de educación
Y el PP no lo cumple, PSOE no lo cumple...

A continuación pongo el artículo en el que lo he encontrado. Y el enlace aquí:
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 29 marzo 2006 (ZENIT.org).- Hay tres principios que son innegociables para la Iglesia y los cristianos en la vida pública, explicó este jueves Benedicto XVI: la defensa de la vida, el reconocimiento de la familia, y la libertad de educación.
El Papa los expuso a unos quinientos parlamentarios del Partido Popular Europeo, que han celebrado en Roma su congreso continental.
En su discurso, con el que respondió a las palabras de saludo del presidente del gruido parlamentario, Hans-Gert Poettering, el Santo Padre comenzó reivindicando el derecho de los representantes religiosos a expresar sus principios en una sociedad democrática.
«Cuando las Iglesias o las comunidades eclesiales intervienen en el debate público, expresando reservas o recordando principios, no están manifestando formas de intolerancia o interferencia, pues estas intervenciones buscan únicamente iluminar las conciencias, para que las personas puedan actuar libremente y con responsabilidad, según las auténticas exigencias de la justicia, aunque esto pueda entrar en conflicto con situaciones de poder y de interés personal», aclaró.
Pasando después a analizar en particular las intervenciones públicas de la Iglesia católicas, su máximo guía y pastor aclaró que su interés «se centra en la protección y la promoción de la dignidad de la persona y por ello presta particular atención a los principios que no son negociables».
Con la claridad de un profesor, enunció estos principios de este modo:
--«protección de la vida en todas sus fases, desde el primer momento de su concepción hasta su muerte natural»;

--«reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como una unión entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa ante los intentos de hacer que sea jurídicamente equivalente a formas radicalmente diferentes de unión que en realidad la dañan y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su papel social insustituible»;
--«la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos».
Benedicto XVI siguió aclarando que «estos principios no son verdades de fe», pues «aunque queden iluminados y confirmados por fe; están inscritos en la naturaleza humana, y por lo tanto son comunes a toda la humanidad».
«La acción de la Iglesia en su promoción no es por lo tanto de carácter confesional, sino que se dirige a todas las personas, independientemente de su afiliación religiosa», afirmó.
Esta labor de defensa de estos aspectos fundamentales de la dignidad humana, concluyó, no sólo debería ser realizada por la Iglesia. De hecho, «es aún más necesaria en la medida en que estos principios son negados o malentendidos, pues de este modo se comete una ofensa a la verdad de la persona humana, una grave herida provocada a la justicia misma».

jueves, 19 de mayo de 2011

¿Voto útil o voto inútil? El único realmente útil es el voto en conciencia

¿Qué es el voto útil? ¿Te has planteado alguna vez por qué siempre se dice que el voto útil es votar al PP o al PSOE? ¿Es útil para tí o para ellos?


¿Estas a favor de la Vida?

Si la respuesta es afirmativa no lo dudes, el voto útil no es votar ni al PP ni al PSOE y lo extiendo al resto de partidos actualmente en el arco parlamentario español. Ninguno defiende la Vida.  Ninguno. El PSOE ha promovido la actual (y nefasta) ley del aborto. El PP actualmente promueve la anterior (e igual de nefasta) ley del aborto. Si, tanto en los periodos de gobierno del PP como del PSOE se han asesinado a decenas de miles de niños con el aborto. Efectivamente, en ambos periodos.

El derecho a la Vida es el primer derecho del ser humano. Es el primero temporalmente y cualitativamente. Por tanto es el más importante. ¿Lo querremos subordinar a otros intereses como por ejemplo el económico? ¿Subordinaremos el gran valor de la Vida por cualquier interés materialista?

En la campaña electoral tanto el PP como el PSOE se han enzarzado en sus temas que supongo que les importarán a ellos. Pero, ¿y a nosotros? El derecho a la Vida está fuera de toda esa "gresca" real o fingida de los partidos políticos en estos días de camapaña, ¿realmente te interesa?

Otra de las opciones muchas veces puede ser el voto del miedo: voto a unos porque si no salen los otros. ¿Conoces alguna regeneración política y moral que haya venido de la mano del miedo? Francamente resulta difícil imaginárselo.


El voto VALIENTE, el voto realmente ÚTIL es el voto en CONCIENCIA, en voto por la Vida. Porque en nuestro sistema electoral lo útil no es votar al PP ni al PSOE puesto que estos necesitan gobernar junto con minorías que imponen sus idearios: IU o nacionalistas. Por lo que ¿realmente es el voto más util el voto al PPSOE? Yo no lo creo.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Lo que me importa

Dice Rajoy que él va a hablar "de lo que de verdad importa a los españoles, que es la economía".

Pues yo no debo de ser español, porque a mí lo que de verdad me importa en este momento es el respeto a la vida, a la familia y a la libertad educativa.

Ya ves.

miércoles, 27 de abril de 2011

La balanza del Reino

El otro día por estas redes de Dios me comentó una persona al respecto del voto provida que su voto siempre era el voto del miedo. El miedo a dejar de votar a unos por si salen los otros, incluso sabiendo que su voto era un voto malminorista. También observo como la máxima preocupación suele ser casi siempre la economía.

A continuación leí esto también en la red:
"No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos?, o ¿qué beberemos?, o ¿tendremos ropas para vestirnos?
Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso.
Por lo tanto, busquen primero su reino y su justicia, y se les darán también todas esas cosas.
No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas." (Mt 6, 31-34)
"Busquen primero su reino y su justicia" porque el resto se nos dará por añadidura. Me ha parecido una invitación a lo que pone: a buscar primero su reino y su justicia.

Nunca lo había visto desde otro punto de vista que no fuese la preocupación directa por comer todos los días o por la vestimenta. Sin embargo en muchas ocasiones nuestro máximo (y a veces único) criterio para decidir si votar a un partido son consideraciones económicas las cuales no desprecio puesto que pueden ser bastante graves. Sin embargo parece que el Señor nos exhorta a preocuparnos primero por su reino y por su justicia antes que por la economía y creo que está antes la defensa de la vida que la economía.


Por lo menos a mí me ha dado un poco de luz respecto a cual es el criterio por el cual otorgar responsablemente mi voto a un partido, que desde luego no serán ninguno de los dos grandes partidos que ostentan nuestra partitocracia.

¡Tú decides!

martes, 5 de abril de 2011

Al final, hay gente del PP que dice lo que piensa.

Me refiero al candidato del Partido Popular a la alcaldía de Orense, Rosendo Fernández.

Rosendo concedió este domingo pasado una entrevista a El País y cuando le preguntaron sobre sus convicciones políticas él dijo: “soy conservador solo para los logros conseguidos y progresista para los que hay que tener. Y respecto al divorcio, al aborto y a los matrimonios de homosexuales, estoy a favor de todo ello”. En resumen, que no es conservador. El conservador, por lo menos así tenía entendido, es aquel que mantiene los valores tradicionales, y los valores tradicionales siempre han visto con cierto desafecto el aborto y el matrimonio gay, no por repugnancia, sino por sentido común.

Yo no me sorprendo de Rosendo, que diga esto y que sea del PP, sino de ciertos cristianos que siguen diciendo que van a votar a estos liberales -digo bien- disfrazaditos de azul. Tampoco entiendo como estos "cristianos", estos que piensan como Rosendo, comulgan en Misa. Pero esto es otro tema.

Fuente: InfoCatólica.

abrazados a la VERDAD

Dirección a la VIDA

Últimamente tengo la sensación de que la cuestión del aborto y, en general, la cuestión de la defensa de la vida nos (me incluyo) está abriendo los ojos a algunos acerca del voto a los partidos políticos mayoritarios: PP, PSOE. Ciertamente ya he visto varios blogs y he comentado con varios bloggers y algunos otros amigos sobre el tema de que ni el PP ni el PSOE están a favor de la vida y, en general, que no tienen ninguna consideración por los valores, ni por el voto cristianos. Es más, algunos dirigentes del PP presumen abiertamente de estar a favor del aborto o del matrimonio homosexual. Incluso en Intereconomía en uno de los debates, los contertulios, sin exaltaciones pero sin pelos en la lengua daban una opinión parecida a la que estoy dando.

La sensación que se desprende de la situación política en España es que el PSOE es el único partido con un "ideario de valores" al que quiere llevar el país y que el PP conserva o mantiene dicho ideario, quizás un poco matizado, pero en esencia el mismo y cuya única aportación sería el "ideario económico". Tal es así que parecería que el PSOE es el motor ideológico del país y el PP el estabilizador económico que viene detrás del PSOE, pero con una función más bien estabilizadora, pero no dinamizadora. Tal situación política se está convirtiendo en una apisonadora de los valores cristianos.

Y la sensación que creo que se desprende de esto es de una cierta decepción o desencanto especialmente con el PP al que se ha dado mucho tiempo por sentado cosas que, por lo visto, no eran ciertas.

Viendo en la tele unos comentarios que hizo la presidenta de DAV, comentaba como el derecho a la vida abarcaba desde la concepción hasta la muerte natural del individuo. Comentaba como ciertamente el PP no defendía exactamente esto, pero que le apoyaban (no lo decía así, pero se desprendía esto) porque suponía un paso a favor de la vida. Craso error, en cuanto el PP da por supuesto los votos en favor de la vida por una "concesión" que no es tal no hará nada con el fin de intentar captar otro nicho de votos que sí sea favorable al aborto.

Si sabemos cual es la luz, no tiene ningún sentido dar la espalda a esa luz para maldecir a la oscuridad. Lo bueno será señalar a la luz. Si los cristianos estamos llamados a ser "minoría creativa" no parece que el camino sea siempre y únicamente reaccionar contra las propuestas ideológicas del PSOE, sino que tendremos que tener un camino propio, una hoja de ruta propia y ese camino no parece que ni siquiera se cruce con el PP.

Por otro lado, muchos nos planteamos: si no voto al PP, ¿a quién voto? Porque otros partidos que tienen en consideración algo parecido a un ideario cristiano, tanto asociados con la "derecha" como con la "izquierda", son más bien exaltados. Nos falta a los católicos el compromiso de exportar y vivir los valores cristianos también en la política. Hasta entonces, mi voto no es ni para el PP ni para el PSOE.

viernes, 25 de marzo de 2011

El voto de los católicos

Los obispos de la provincia eclesiástica de Madrid han vuelto a dar indicaciones para la orientación del voto de los católicos.

Lo han hecho de un modo suavecito, sin hablar de los principios innegociables.

Pero lo han dicho clarito.

Hasta El País lo ha entendido:

Como en anteriores ocasiones, los prelados evitan citar ninguna sigla pero fijan los "principios básicos" que deben considerarse para "ejercer libre y responsablemente" el voto. No son muchos, apenas cinco, pero con ellos en la mano a los católicos les quedan muy pocas alternativas, ya que ninguno de los tres principales partidos de la región, PP, PSOE e IU, cumplen todos los requisitos.

Idea en la cual insisten:

Solo con este "principio básico" quedan descartados los tres grandes partidos que votaron hace 25 años a favor de la primera ley del aborto. El PP votó en contra de la reforma de 2010, que elimina los tres supuestos y permite que mujeres de 16 y 17 años aborten sin permiso paterno, y recurrió al Constitucional.

Respecto del derecho a la libertad religiosa, El País reconoce que todos los partidos lo defienden, aunque unos más que otros:

Todos los partidos defienden este derecho, aunque PSOE e IU apuestan por un Estado laico -hoy es aconfesional- .

Respecto de la familia:

El PSOE impulsó la ley de matrimonio homosexual en la primera legislatura con el respaldo de IU frente a un Mariano Rajoy que la ha criticado abiertamente y, si bien no ha afirmado que la derogará cuando gobierne, tampoco se ha comprometido a mantenerla. Miembros de su partido como Alberto Ruiz-Gallardón, que ha casado a parejas gais, no opinan lo mismo.

Respecto de la libertad de educación:

En este punto, los obispos y el PP han batallado contra Educación para la Ciudadanía, introducida por el PSOE en los currículos.

De todo lo cual señalo:

-El País ha entendido lo que han dicho los obispos. Quienes no sé si lo han entendido son los católicos que siguen votando al PP. Afortunadamente, los obispos no hablan de "mal menor", aunque tampoco se mojan con lo de los "principios innegociables". Me pregunto si la prensa generalista presuntamente de derechas y católica se atreverá a publicar algún artículo donde se diga tan claramente como El País que un católico no puede, si sigue los criterios presentados por los obispos de Madrid (que son los de la Iglesia), votar al PP.

-Es una pena que este documento se presente casi como "la opinión de los obispos", pero así está la cosa. La política comunicativa eclesial es tan buena que consigue que este tipo de indicaciones no aparezca como las ideas que comparte el cuerpo eclesial sino como "lo que dicen los obispos". Por desgracia, la orientación del voto de los católicos da la razón a quienes piensan así. A la mayoría de la gente que va a misa o que se considera católica le importa un bledo la opinión de los obispos o del papa cuando se trata de política. A lo mejor es que son más de derechas que católicos. A lo mejor es que toca aclarar este asunto.

-Una pequeña crítica a la expresión inefable del documento "Ningún supuesto o real bien social o personal puede justificar la eliminación de un ser humano inocente por el aborto". ¿A quién se creen que va destinado este documento? Este tipo de expresiones liosas son propias de otro tipo de comunicación, no de un documento para el público general. En fin. No tienen ni idea del principio KISS. No digo ya lo de poner al día las expresiones.

jueves, 24 de marzo de 2011

Gádor Joya no se entera

Religión en Libertad ha entrevistado a la representante de Derecho a vivir, Gádor Joya.

Le han hecho esta preguntita: "¿En su opinión el PP ha aclarado ya suficientemente su postura sobre el aborto?"

Ella ha contestado: "Sabemos que el PP se ha opuesto a una ley de plazos, pero que está conforme con la ley del aborto de 1985. Mariano Rajoy se ha comprometido a derogar la Ley Aído si llega a gobernar, lo que sería un gran paso. Pedimos que lo lleve en su contrato electoral, y que aproveche la oportunidad para conseguir que el aborto desaparezca en España. Es necesaria una ley mucho más restrictiva que evite los coladeros de la anterior".

Mira Gádor, que Rajoy se haya comprometido a derogar la Ley Aído no es suficiente. Repito: no es suficiente. Si es verdad que quiere eliminar el aborto en España, que lo diga ya. Y si no, lo que no podemos hacer los cristianos es votar a un partido que, aunque se comprometa a derogar una Ley, la de Aído, en definitiva, siga estando a favor del aborto, sea la Ley que sea. Porque la cuestión es no quitarle el apoyo al PP cuando lleguen al Gobierno si siguen manteniendo la antigua Ley, como bien dices después, sino antes.

Yo me perpetuo en mi postura, como bien dice QBSTT: “No votaré a un partido que no defienda explícitamente los principios innegociables, especialmente el derecho incondicional a la vida desde el momento de la concepción hasta su término natural”.

Más AQUÍ.

Abrazados a la VERDAD

jueves, 10 de marzo de 2011

¿Sabemos quien nos gobierna?

A continuación pongo la conferencia de Lawrence Lessig del pasado febrero acerca de temas tan importantes como ciudadanía, gobierno, democracia. Este vídeo trata sobre la democracia americana aunque creo que es totalmente extrapolable al caso español.



En el caso del aborto es un negocio y las clínicas abortistas se concentran en manos de unos pocos, como pocos son los beneficios que declaran, y no reparan en saltarse incluso los supuestos legales. Recordemos que hasta hace poco la ley del aborto era más restrictiva que la actual. Sin embargo, ¿se aplicaba la ley anterior en los miles de casos de niños asesinados? La respuesta es un no rotundo. La ley no se aplicaba y se permitía impunemente el aborto.

Parece que los lobbies del aborto influyen tanto en el PSOE como en el PP...

¡qué bellas son tus tiendas!

viernes, 4 de marzo de 2011

Hablemos de Derecho (III)

El peor enemigo del Derecho Natural es el "consenso", esto es, el mutuo acuerdo acerca de lo que es la verdad y lo que no.

Comprendemos perfectamente esto cuando vemos como se decide, mediante mayoría de votación, si cualquier ley del aborto debe ser aprobada. La cuestión es que si una ley del aborto es aprobada, el término "aprobación" pasa a pensarse como lo que es lícito. Y lo lícito, lo que se puede hacer según ley civil, por desgracia, se confunde muy fácilmente con lo verdadero o lo que es bueno para el ser humano. El "consenso" es determinar lo que es bueno según el pensamiento predominante. Con lo que, cuando se trata de leyes que no conciernen a la moral, no hay problema, pero cuando sí, el desmoronamiento de la evidencia moral es patente. Deliremos. Porque si llégase un día que se decidiese en vistas al bien común de la humanidad, que las personas de más de 70 años deben ser inmoladas, moralmente, siempre estaríamos hablando de un asesinato, por mucho que dijese la razón de los que han aprobado la ley que ésta es buena. ¡Ojo!, este ejemplo que nos puede parecer descabellado ahora, dentro de 30 años podría ser muy actual. Igualmente sucedía con el aborto hace 30 años, que se realizaba a tanta gente, mas siempre como algo ilegal, en lo clandestino, puesto que era impensable que pudiese ser algún día legalizado.

martes, 1 de marzo de 2011

El PP perjudica gravemente la salud

Beatriz Jurado lleva afiliada en las Nuevas Generaciones del PP desde 2003 y desde hace poco ha pasado de dirigir las NNGG del PP de Córdoba a dirigir las de toda Andalucía. Y no sólo eso sino que probablemente saldrá elegida presidenta de las NNGG en el próximo congreso de abril en Zaragoza.

Algún educado periodista del semanario La Calle de Córdoba la hizo algunas educadas preguntas entre las cuales está la que más duele, la del puñal en la espalda... o en el corazón:

- Si le dicen que su hijo va a nacer con malformaciones, ¿lo tendría?

- Si es malo para su salud, no. Si va a estar destinado a morir o no va a disfrutar de la vida, dentro del tiempo legal, no lo tendría.

- ¿Qué piensa de la reforma de la ley del aborto?

- Me parece la barbaridad más grande que se ha podido hacer en un gobierno en España. Estoy de acuerdo con el aborto en determinadas circunstancias, como en caso de malformaciones o cuando sea perjudicial para la madre, y lo digo ahora y lo diré siempre, y lo digo dentro del PP como lo dice mucha gente. Estoy de acuerdo en que hay que cambiar la ley. Además, nadie va a la cárcel por abortar, tampoco hay que ser mentiroso. Pero lo de abortar con 16 años, yo eso no lo he visto en la vida. ¿Con qué autoridad te dice un gobierno “sí, aborta”, cuando no te da ninguna facilidad para tener al niño? Aunque sea en una clínica privada te lo pagan -recordemos que las clínicas se van a llevar lo suyo- y no es malo que una mujer tenga un hijo con esa edad.
De toda esta cosa saco la conclusión de que hay que abortar a todos los niños, puesto que todos estamos destinados a morir. Bueno, quizás esta señora no se haya dado cuenta todavía de que todos, absolutamente todos moriremos algún día. Deseamos que sea un día muy lejano, eso sí. Por otro lado, ¿quién decide lo que es disfrutar de la vida? ¿quién? ¿esta señora? ¿es esta señora la que decide quién vive y quién muere? Pregunto, ¿quién decide quién vive y quién muere, acaso el PSOE, acaso el PP?

Por otro lado nos comenta que sólo mataría a su hijo enfermo dentro del tiempo legal. Muy bien hombre, o sea que tu hijo se convierte en un ser humano con todos sus derechos cuando lo decide un político y deja de ser humano y se le puede asesinar cobardemente cuando lo decide un político.

Esta es la entrevista más clara y más cruda de la realidad del PP respecto al aborto. Por lo visto el PSOE es muy malo pues permite la muerte de personas sanas y enfermas, ellos por lo visto son mejores, sólo permiten la muerte de los enfermos.

Dicho claramente, el PSOE y el PP son partidos abortistas.

Con el corazón lo digo: que se vayan a la porra. Si les votase sería una losa sobre mi conciencia. Y esto ya no es una cuestión de mal menor, es puro mal.

¡qué bellas son tus tiendas!

jueves, 17 de febrero de 2011

Hablemos de Derecho (II)


Hay un Derecho, unas leyes, que son para toda persona y de cualquier momento de la historia. Y por esta sencilla razón es un Derecho Natural, porque todo hombre lo sabe, porque todo hombre lo descubre en su razón. El primer principio natural y universal de este Derecho es: “el bien ha de hacerse y buscarse, el mal ha de evitarse”. Para comprender este principio lo mejor es ver hacia lo que nos inclina a hacer. Tenemos unas inclinaciones naturales que nos revelan que estamos hechos no para hacer el mal, sino para hacer el bien, por el mismo hecho que cuando obedecemos a ellas, cuando nos dejamos llevar por ellas, experimentamos la felicidad. Éstas son: estamos inclinados a buscar la verdad, a vivir en sociedad, a defender nuestra vida y estamos inclinados sexualmente hacia las personas de distinto sexo. Por lo que, el Derecho Natural lo que legisla, a lo que orienta al hombre, es a vivir una vida buena con otros hombres, por la sencilla razón, repito, de que el hombre está llamado a buscar el bien y hacerlo. De esta forma, tales inclinaciones enseñan al hombre que está llamado a vivir el amor y desde la verdad, crear una familia y vivir en sociedad. El Derecho Natural fundamenta naturalmente la dimensión ética del ser humano.

Ningún Estado, de este modo, puede identificarse con un “Estado ético” que imponga unos valores sin fundamentarlos en esta verdad, sin respetar el Derecho Natural que la razón muestra al hombre, provocando que todos los espacios de libertad, culturales, educativos... queden destruidos y originando a un ser débil, manipulado y sin ideas. ¿Por qué? Lo diré la semana que viene.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Bomba poblacional

El otro día escuché en la radio un programa sobre las revoluciones del norte de África y Oriente Medio. Estaban debatiendo si después de lo de Egipto el próximo gobierno en caer sería el de Argelia. Uno de los participantes dijo algo que me resultó muy curioso, por lo visto en Argelia hay una "bomba poblacional". Argumentaban que había demasiados jóvenes y un paro juvenil muy alto. Es decir, ¿el problema de Argelia es que hay demasiados jóvenes? Curioso.

Analicemos la situación que conocemos, es decir, la nuestra. En España hay muy pocos jóvenes y también un paro juvenil tremendo. Bajo mi punto de vista lo que es una "bomba poblacional" es la nuestra, más que la suya (dentro de que ambas son lamentables, pero no por el alto número de jóvenes sino por los niveles estratosféricos de paro)

Creo se mezclan conceptos. Es decir, el paro es una cosa, el número de jóvenes es otra. El paro es malo, sin embargo que haya muchos jóvenes es bueno puesto que generan riqueza y consumen. Por lo que en España tenemos dos crisis distintas, una por el paro y otra por que no hay jóvenes.

Desde el punto de vista consumista/materialista hay infinidad de argumentos para justificar la lucha contra ambas lacras, una pequeña muestra serían lo siguiente: Si hay más paro cada persona consume menos y la economía empeora más aún, junto con las cuentas de la Seguridad Social. Si hay pocos jovenes también la economía va peor, si hay menos jovenes habrá menos consumo puesto que hay menos gente que consuma. Entonces el paro sería el factor que empeora la capacidad de consumo per cápita y la crisis demográfica sería el factor que empeora la cantidad de personas que pueden consumir.

Gráfica de la primera crisis, la del paro:


Gráfica de la segunda crisis, la demográfica:


Sin la cobertura que proporciona actualmente la familia, probablemente los jovenes en paro estarían abocados a la pobreza. Mientras, el Estado no está demostrando ser capaz de suplir las necesidades más básicas de estas personas que acaban buscando refugio en comedores privados, principalmente de Cáritas. 

Al final con esta situación todos perdemos. Entonces, la auténtica bomba poblacional es la nuestra, se juntan varios factores negativos, pocos jovenes, mucho paro y crisis de las familias.

Hay muchas otras cuestiones derivadas de esta situación que se estan empezando a plantear ¿quién pagará las pensiones dentro de 30 años? ¿a cuantos ancianos de media tendrá que mantener cada joven? ¿cuál será la solución que nos propondrán? ¿acaso vivir peor, o dar muerte a los discapacitados, enfermos, ancianos? 

Por esto creo que es bueno apostar por algo tan sencillo y natural como la familia y la vida frente a la ideología de género.

domingo, 13 de febrero de 2011

¿Hay censura en Hazte Oir?

Hazte Oir se presenta como una plataforma de actuación ciudadana. Se supone que ayuda a transmitir a los políticos la voz de la gente. Al menos antes era así. Últimamente me vienen algunas dudas sobre esto.

La justificación -o no- del mal menor tiene lugar en un escenario en que es imposible el bien. Pero, ¿Es imposible el bien, o es que ni siquiera nos lo planteamos?¿Tenemos que elegir entre cornudos o apaleados?

Mirad la encuesta que quiere enviar HazteOir a Rajoy (no sé si la han enviado ya o no).

Se supone que es para hacerle llegar lo que piensa el electorado.

NI SIQUIERA SE PLANTEAN LA POSIBILIDAD DE QUE HAYA QUIEN NO QUIERE NI LA LEY ACTUAL NI LA LEY ANTERIOR.

Y no es que se trate de una negociación o algo así, donde uno podría entender más o menos el posibilismo realista... Es una encuesta. Y ni siquiera permiten que la gente diga que NO QUIERE NINGUNA LEGISLACIÓN QUE PERMITA EL ABORTO.

Esto es lo que yo llamo invisibilizar el voto provida católico, es decir, el voto según los principios inamovibles.

Hay más AQUí-

A continuación, la encuesta, tal como la tomo del sitio:

1. ¿Qué debe de hacer el PP con la nueva ley del aborto?

Promover medidas de apoyo a la maternidad en el Congreso y encomendarse al Tribunal Constitucional es lo único que pueden hacer y lo único que podemos exigirles

Deben comprometerse con claridad, antes de las elecciones, a derogar la ley del aborto si gobiernan

No sé / No contesto

2. Como movimiento cívico a favor del derecho a la vida, ¿qué crees que debe hacer HO?

Aplaudir al PP por promover una ley de apoyo a la maternidad, sin exigirle nada más

Aplaudir la iniciativa pero, además, exigir la derogación de la ley del aborto

Esperar a ver qué dice el Tribunal Constitucional

No sé / No contesto

miércoles, 9 de febrero de 2011

Campaña Nacional de Oración



40 Días por la Vida es una Campaña Nacional de Oración durante toda la cuaresma promovida por seglares en coordinación y contacto con los grupos que en otros países realizan campañas similares, y en especial con 40 Days for Live en Estados Unidos y con Ceprofarena, el grupo que en Perú y otro países iberoamericanos promueve 40 Días por la Vida.
En España, como en el resto de países donde se organizan estas campañas de oración, los miembros de 40 Días por la Vida son todos voluntarios. Algunos de ellos, los que lo desean, coordinan grupos de oración. Otros rezan de manera individual o en familia.

En su visita al Reino Unido, en septiembre de 2010, Benedicto XVI recordó una vez más la necesidad y la obligación llevar la fe a la plaza pública:
“Os invito particularmente a vosotros, fieles laicos, en virtud de vuestra vocación y misión bautismal, a ser no sólo ejemplo de fe en público, sino también a plantear en el foro público los argumentos promovidos por la sabiduría y la visión de la fe. La sociedad actual necesita voces claras que propongan nuestro derecho a vivir”. (Homilía de la Santa Misa en el parque Bellahouston de Glasgow)
Los grupos de oración son la columna vertebral de la campaña. Su finalidad es rezar preferiblemente en una plaza, o calle, o lugar donde pueda ser visto por el mayor número posible de personas, o frente a un abortorio.


Para apuntarse y más información en http://40diasporlavida.es/

¡qué bellas son tus tiendas!

martes, 8 de febrero de 2011

Hablemos de Derecho (I)

Es habitual que alguien cuando piensa o habla de Derecho refiera a unas leyes bien compiladas, que mientras no sean violadas den la certeza interior de que se está viviendo en paz, de ser un buen ciudadano. Aristóteles, en su Política, descubrió la aporía de tal afirmación: "Es posible ser un buen ciudadano sin poseer la virtud que nos hace hombres de bien". Dicho de otro modo, se puede ser un buen ciudadano y ser moralmente reprobable. La razón de esto es que el Derecho Positivo, el derecho que regula las relaciones sociales entre los ciudadanos, no siempre es adecuado, no siempre hace un bien al ser humano. Es el maquiavelismo legislativo, la ley del resultado; la ley que no busca el bien del ciudadano, sino el propio interés del que gobierna --por ejemplo: "deroguemos la Nueva ley del aborto para contentar a unos y, así, ganar las elecciones; pero no deroguemos la anterior, pues descontentaremos a otros y jamás gobernaremos". La víctima es el ciudadano.
No por ello, el Derecho Positivo tiene que ser eliminado. Éste es necesario para el buen funcionamiento de la polis --como diría el estagirita. ¿Cómo, entonces, el Derecho Positivo puede darle la virtud al ciudadano para hacerle un hombre de bien? Solamente, reconociendo algo que es anterior a él, algo que es anterior a toda legislación humana. Hablo del Derecho Natural. Este Derecho responde a la pregunta qué es el ser humano.


Cristianismo y política

A continuación pongo el texto "Cristianismo y política" escrito en su día el cardenal Joseph Ratzinger. Creo que puede dar un poco de luz al asunto de la relación entre el ser cristiano y la política y puede ser un buen punto de partida para reflexionar sobre ciertos puntos de esta relación entre el ser cristiano y la política.

Cristianismo y política


El Estado no constituye la totalidad de la existencia humana ni abarca toda la esperanza humana. El hombre y su esperanza van más allá de la realidad del Estado y más allá de la esfera de la acción política. Y esto es válido no sólo para un Estado al que se puede calificar de Babilonia, sino para cualquier tipo de Estado [incluso “cristiano”]. El Estado no es la totalidad. Esto le quita un peso al hombre político y le abre el camino de una política racional. El Estado romano era falso y anticristiano precisamente porque quería ser el totum de las posibilidades y de las esperanzas humanas. Pretendía así lo que no podía realizar, con lo que defraudaba y empobrecía al hombre. Su mentira totalitaria le hacía demoníaco y tiránico. La supresión del totalitarismo estatal ha desmitificado al Estado, liberando la hombre político y a la política.

Pero cuando la fe cristiana, la fe en una esperanza superior del hombre, decae, vuelve a surgir el mito del Estado divino, porque el hombre no puede renunciar a la plenitud de la esperanza. Aunque estas promesas se vayan obteniendo mediante el progreso y reivindiquen exclusivamente  para sí el concepto de progreso, son, sin embargo, históricamente consideradas, un retroceso a un estadio anterior a la buena nueva cristiana, una vuelta hacia atrás en el camino de la historia. Y aunque vayan propalando como objetivo propio la liberación total del hombre, la eliminación de cualquier dominio sobre el hombre, entran realmente en contradicción con la verdad del hombre y con su libertad, porque reducen el hombre a lo que él puede hacer por sí solo. Semejante política, que convierte al Reino de Dios en un producto de la política y somete la fe a la primacía universal de la política, es, por su propia naturaleza, una política de la esclavitud; es política mitológica.

La fe opone a esta política la mirada y la medida de la razón cristiana, que reconoce lo que el hombre es realmente capaz de crear como orden de libertad y, de este modo, encontrar un criterio de discreción, consciente de que su expectativa superior está en manos de Dios. El rechazo de la esperanza que radica en la fe es, al mismo tiempo, un rechazo del sentido de la medida en la razón política. La renuncia a las esperanzas míticas es propia de una sociedad no tiránica, y no es resignación, sino lealtad, que mantiene al hombre en la esperanza. La esperanza mítica del paraíso inmanente y autárquico sólo puede conducir al hombre a la frustración; frustración ante el fracaso de sus promesas y ante el gran vacío que le acecha; una frustración angustiosa, hija de su propia fuerza y crueldad.

El primer servicio que presta la fe a la política es, pues liberar al hombre de la irracionalidad de los mitos políticos, que constituyen el verdadero peligro de nuestro tiempo. Ser sobrios y realizar lo que es posible en vez de exigir con ardor lo imposible ha sido siempre cosa difícil; la voz de la razón nunca suena tan fuerte como el grito irracional. El grito que reclama grandes hazañas tiene la vibración del moralismo; limitarse a lo posible parece, en cambio, una renuncia a la pasión moral, tiene el aspecto del pragmatismo de los mezquinos. Sin embargo, la moral política consiste en resistir la seducción de la grandilocuencia con la que se juega con la humanidad, el hombre y sus posibilidades. No es moral el moralismo de la aventura que pretende realizar por sí mismo lo que es Dios. En cambio, sí es moral la lealtad que acepta las dimensiones del hombre y lleva a cabo, dentro de esta medida, las obras del hombre. No es en la ausencia de toda conciliación, sino en la misma conciliación donde está la moral de la actividad política.

A pesar de que los cristianos era perseguidos por el Estado romano, su posición ante el Estado no era radicalmente negativa. Reconocieron al Estado en cuanto Estado, tratando de construirlo como Estado según sus posibilidades, sin intentar destruirlo. Precisamente porque sabían que estaban en “Babilonia”, les servían las orientaciones que el profeta Jeremías había dado a los judíos deportados a Babilonia. La carta del profeta transcrita en el cap. 29 del libro de Jeremías no es ciertamente una instrucción para la resistencia política, para la destrucción del Estado esclavista, ni se presta a tal interpretación. Por el contrario, es una exhortación a conservar y a reforzar lo bueno. Se trata, pues, de una instrucción para la supervivencia y, al mismo tiempo, para la preparación de un porvenir nuevo y mejor. En este sentido, esta moral del exilio contiene también elementos de un ethos político positivo. Jeremías no incita a los judíos a la resistencia ni a la insurrección, sino que les dice: “Edificad casas y habitadlas. Plantad huertos y comed de sus frutos... Procurar la paz de la ciudad adonde os trasladé; y rogad por ella al Señor, porque en la paz de ella tendréis vosotros paz” (Jr. 29, 5-7).

Muy semejante es la exhortación que se lee en la carta de Pablo a Timoteo, fechada tradicionalmente en tiempos de Nerón: “(Rogad) por todos los hombres, por los emperadores y por todos los que están en el poder, a fin de que tengamos una vida quieta y tranquila en toda piedad y honestidad”. (1 Tm 2,2). En la misma línea se desarrolla la carta de Pedro con la siguiente exhortación: “Vuestro comportamiento entre los paganos sea irreprensible, a fin de que, por lo mismo  que os censuran como malhechores, reflexionando sobre las obras buenas que observan en vosotros, glorifiquen a Dios en el día del juicio”. (1 P 2,12). “Honrad a todos, amad a vuestros hermanos, temed a Dios, honrad al rey” (1 P 2,17). “Ninguno de vosotros tenga que sufrir como homicida, o ladrón, o malhechor, o delator. Pero si uno sufre como cristiano, que no se avergüence; que glorifique más bien a Dios por este nombre”. (1 P 4,15 a)

¿Qué quiere decir todo esto? Los cristianos no eran ciertamente gente sometida angustiosamente a la autoridad, gente que no supiese de la existencia del derecho a resistir y del deber de hacerlo en conciencia. Precisamente esta última verdad indica que reconocieron los límites del Estado y que no se doblegaron en lo que no les era lícito doblegarse, porque iba contra la voluntad de Dios. Por eso precisamente resulta tanto más importante el que no intentaran destruir, sino que contribuyeran a regir este Estado. La antimoral era combatida con la moral, y el mal con la decidida adhesión al bien, y no de otra manera. La moral, el cumplimiento del bien, es verdadera oposición, y sólo el bien puede preparar el impulso hacia lo mejor. No existen dos tipos de moral política: una moral de la oposición y una moral del poder. Sólo existe una moral: la moral como tal, la moral de los mandamientos de Dios, que no se pueden dejar en la cuneta ni siquiera temporalmente, a fin de acelerar un cambio de situación. Sólo se puede construir construyendo, no destruyendo. Esta es la ética política de la Biblia, desde Jeremías hasta Pedro y Pablo.

El cristianismo es siempre un sustentador del Estado en el sentido de que él realiza lo positivo, el bien, que sostiene en comunión los Estados. No teme que de este modo vaya a contribuir al poder de los malvados, sino que está convencido de que siempre y únicamente el reforzamiento del bien puede abatir al mal y reducir el poder del mal y de los malvados. Quien incluya en sus programas la muerte de inocentes o la destrucción de la propiedad ajena no podrá nunca justificarse con la fe. Explícitamente es lo contrario a la sentencia de Pedro: “Pero jamás alguno de vosotros padezca por homicida o ladrón” (1 P 4,15); son palabras que valen también ahora contra este tipo de resistencia. La verdadera resistencia cristiana que pide Pedro sólo tiene lugar cuando el Estado exige la negación de Dios y de sus mandamientos, cuando exige el mal, en cuyo caso el bien es siempre un mandamiento.

De todo esto se sigue una última consecuencia. La fe cristiana ha destruido el mito del Estado divinizado, el mito del Estado paraíso y de la sociedad sin dominación ni poder. En su lugar ha implantado el realismo de la razón. Ello no significa, sin embargo, que la fe haya traído un realismo carente de valores: el de la estadística y la pura física social. El verdadero realismo del hombre se encuentra el humanismo, y en el humanismo se encuentra Dios. En la verdadera razón humana se halla la moral, que se alimenta de los mandamientos de Dios. Esta moral no es un asunto privado; tiene valor y resonancia pública. No puede existir una buena política sin el bien que se concreta en el ser y el actuar. Lo que la Iglesia perseguida prescribió a los cristianos como núcleo central de suethos político debe constituir también la esencia de una actividad política cristiana: sólo donde el bien se realiza y se reconoce como bien puede prosperar igualmente una buena convivencia entre los hombres. El gozne sobre el que gira una acción política responsable debe ser el hacer valer en la vida pública el plano moral, el plano de los mandamientos de Dios.

Si hacemos así, entonces también podremos, tras el paso de los tiempos de angustia, comprender, como dirigidas a nosotros personalmente, estas palabras del Evangelio: “No se turbe vuestro corazón” (Jn. 14,1). “Porque por el poder de Dios estáis custodiados mediante la fe para vuestra salvación...”.

Joseph Ratzinger


lunes, 7 de febrero de 2011

Receta política

Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. 
Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. 
Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mt 5,13-16)
En cualquier receta culinaria echamos tan sólo un poco de sal para salar todo el conjunto de la comida. Muchas veces un pellizquito de sal marca la diferencia en el gusto de una comida. La sal puede ser aproximadamente un 0.5% de la masa total en una receta.

Veamos el reparto de los escaños del parlamento español:


En total hay 350 escaños en el congreso de los diputados. Haciendo un cálculo muy sencillo vemos que un único escaño corresponde a menos del 0.3% del conjunto total de escaños.

Algo falta en esta receta política, ¿dónde está el anuncio del Evangelio? ¿dónde está la sal? Quizás sea esto lo que falle en la defensa de la vida, de la familia, de la dignidad de todo ser humano...

¡qué bellas son tus tiendas!

domingo, 6 de febrero de 2011

Paradoja del mal menor

He encontrado aquí la paradoja del mal menor que pongo a continuación:
Tengo que elegir entre A y B.

- A me jura que me sacará los ojos.
- B me asegura que sólo me sacará uno.

Yo pienso: Con un ojo todavía puedo ver. Elijo B, y me quedo tuerto.

Nuevamente debo elegir entre A y B.

- A promete sacarme el ojo que me queda y arrancarme además la lengua.
- B, siempre más morigerado, me tranquiliza diciéndome que sólo me sacará el ojo que antes me había perdonado.

Reflexiono. Me quedo ciego, pero, por lo menos, aún podré hablar.

Elijo, pues, a B.

Sucesivas elecciones terminan con el resultado que se puede prever: ni ojos, ni lengua, ni manos, ni pies...

Lo gracioso del caso es que mi elección ha sido siempre, no sólo legítima, sino verdaderamente racional y razonable.

Pero, no es necesario decirlo, algo ha fallado.
Tengo la sensación de que el PP a veces lo único que hace cuando gobierna es ir asentando o dar por sentado las leyes del PSOE. El PP se ha convertido en un PSOE de velocidad más baja pero que no apunta en una dirección propia, sino en la misma.

A veces el PP hace gestos o guiños a posturas católicas como por ejemplo cuando Rajoy afirmó que si llegaba al poder derogaría la ley Aído del aborto libre. Yo me pregunto ¿hay algo detrás de esta afirmación? La respuesta que aunque me gustaría que realmente esta afirmación fuese un paso a favor de la defensa de la vida creo que no es así. En primer lugar porque una cosa es lo que se dice, otra lo que se pone en el programa electoral y otra lo que de verdad se hace. Y en segundo lugar porque derogar la presente ley para sustituirla por la anterior o alguna parecida ya se ha demostrado que es inútil. Para no liar más la cosa y en un intento de aplicarme el principio KISS mostraré la siguiente gráfica:


Creo que en este punto y en muchos otros como votantes es preferible tener cuidado puesto que los políticos se publicitan a través de ciertos gestos o acciones de cara a la galería que no tienen nada que ver con su intención real.

Y si extrapolamos lo que ha ocurrido en otras ocasiones con otras cuestiones como el divorcio el resultado no puede ser más nefasto: la sociedad aceptará como normal el aborto, quizás incluso como método anticonceptivo.

Entonces, ¿el asesinato de miles de seres humanos inocentes es un mal menor?

sábado, 5 de febrero de 2011

Católicos ante el voto

Por su interesante análisis recupero este artículo de Alejo Fernández Pérez:

Los católicos nos hemos metido tanto en el mundo, tanto nos ha absorbido este, que nos hemos liado como un gatito en un ovillo de hilo y no sabemos como desenredarnos.

Estamos aceptando como normales y lícitas prácticas nunca toleradas: Domingos y Festivos los dedicamos a cualquier actividad excepto a Dios: compramos, vendemos, trabajamos, nos divertimos y apenas si vamos a misa. Ayunos y abstinencias han quedado limitados a un “paripé”; la confesión casi ha desaparecido, los ataque furibundos a la familia, al matrimonio, a la enseñanza, al mismo Cristo y a María están a la orden del día. Las blasfemias más bajunas y animalesca campan a su aire.  Abortos , sexo, divorcios, pildoritas y otras gaitas son el pan nuestro de cada día. Y todo esto, ante la pasividad de los “buenos” y el silencio de los corderos (gente pacífica), única razón del avance del mal en el mundo. Dicho de otra forma: “Para que avance el mal en el mundo, basta con que los buenos no hagan nada”

Cada cuatro años elegimos nuevos gobernantes de la Nación, Comunidades y Ayuntamientos. En estas elecciones nos jugamos con frecuencia  el ser o no ser como católicos. Aceptamos sugerencias y consejos de las fuentes más peregrinas menos las del Papa, que son las que más nos deberían de obligar. ¿ Y que dice el Papa? En esta ocasión el Papa, Benedicto XVI, tras el Sínodo dedicado a la Eucaristía, nos lo ha dejado claro: como periodista por su capacidad divulgativa, y como Filósofo por su profundidad, porque acude a las causas últimas. Las últimas “fuentes” autorizadas datan del 30 de marzo del 2007. (Exhortación Sacramentum Caritatis, núm. 83)  Eulogio López en Hispanidad.com del  2007-04-30 publica un largo artículo que por su interés comentamos a continuación:

El voto católico en España sigue marcado por el mal menor y no por el bien posible. Este es un tópico que habrá que pensar en desterrar. De ahí que, en cuanto se aproxima un periodo electoral, se reproduce el mismo debate: ¿A quién debe votar el católico? Es en estos momentos cuando conviene acudir a las fuentes.
“La llamada coherencia eucarística- coherencia entre vida y religión- a la cual está llamada objetivamente nuestra vida vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como la defensa y el respeto de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. Estos valores no son negociables” En consecuencia:

La religión no es asunto privado. Conviene recordar aquello de “quienes me negaren delante de los hombres….” Por lo tanto, despejemos, de entrada, la supina memez de que mi credo y mi voto son dos realidades distintas y distantes. Benedicto XVI no apela a las posibilidades electorales ni al voto útil, sino a la coherencia de vida. Exige para todos los bautizados “testimonio público de la propia fe”, y muy especialmente para los políticos.

El Papa aclara que hay cuatro valores no negociables: la vida –y especifica: desde la concepción hasta la muerte natural-, la familia formada por hombre y mujer, la libertad de los padres para educar a sus hijos como consideren conveniente y el bien común. Insisto: valores no negociables. Así que apliquémonos el cuento, no pensando en ganar las elecciones sino en vivir “el martirio de la coherencia”.
Trasladada a cualquier parte de España esto indica que un católico no debe votar a los políticos de izquierdas, ni de derechas, ni de centro si se dedican a repartir la Píldora abortiva del Día Después entre adolescentes y a espaldas de sus padres, además de oficiar “matrimonio” entre homosexuales. Ni quien financia con similar entusiasmo –y con dinero público- uno de cada cinco abortos perpetrados en Madrid, la ciudad más abortera de ese paraíso del aborto en el que se ha convertido España. Ni debemos votar a los que  por libertad de enseñanza entienden cualquier cosa menos lo que se entiende en Europa. El resultado está a la vista.

Respecto al bien común, ¿ Quién han llevado a cabo una política de vivienda que sirva para que los jóvenes formen un hogar y se puedan independizar de sus padres, casarse, formar una familia y tener hijos?
Hoy día, España se encuentra en un momento crítico de su historia, negros nubarrones amenazan por el horizonte. Una gran mayoría de votantes tanto de izquierdas como de derechas o de centro somos católicos y no nos vemos representados por unos gobernantes dudosamente democráticos- unos más y otros menos- . Tras las directrices del Papa un católico no debe votar a ningún de los partidos de izquierda que atacan frontalmente las enseñanzas cristianas,  pero tampoco a partidos de centro-derecha con algunos de sus principales dirigentes que anteponen el voto a sus creencias. Habrá que buscar o crear alternativas. Mientras tanto, los “valores no negociables” del Papa están ahí, exigiéndonos coherencia. Antes de votar, especialmente a nivel local y Autonómico, tendríamos que preguntar a los políticos del PP por sus intenciones al respecto.

Lo que está claro es que, después de las palabras del Papa, el voto útil no sólo es negativo para un católico: es inmoral. No vale presumir de tener una mente abierta para ir contra nuestros ideales. Chesterton decía: “Tener la mente abierta es como tener la boca abierta: un síntoma de estupidez”. También confiamos en  que Gandhi no tuviese razón cuando afirmaba: “¡ Qué bello es el cristianismo, si no fuera por algunos cristianos !”

Fuente: Arbil.org

jueves, 3 de febrero de 2011

Reflexiones en torno al voto católico y el “mal menor” I

Mi primera contribución a este blog -que nace con vocación corporativa y participativa- no es mía: me limito a transmitir un artículo que me ha enviado una persona (como tantas) preocupada por cómo discernir el sentido adecuado de su voto.

Aprovecho para invitaros a enviarnos vuestras reflexiones -siempre en torno al tema del voto y de la defensa de la vida, porque este es, en principio, un blog monotemático- bien en forma de texto largo, bien como comentarios.

TEB.


Reflexiones en torno al voto católico y el “mal menor” I

“Yo votaré al Partido Popular porque dadas las circunstancias es el mal menor” ¿Cuántas veces hemos oído, pensado o dicho esta expresión? Yo al menos muchas y cada vez estoy más convencido que la frase es más inmoral de lo que parece y de que encierra una ideología que pretende reconciliar lo inconciliable: la Verdad que predica la Iglesia con el relativismo y la cultura de la muerte que muchos políticos presentan en sus programas electorales.

Cuando san Agustín se pregunta qué es el mal e intenta explicarlo dice que éste no tiene entidad propia y que no es más que ausencia de bien. El hombre está ordenado hacía el bien como único objeto. La voluntad, al igual que la inteligencia, tiene un objeto propio. El objeto propio de la voluntad y de la inteligencia son las cosas en tanto que son buenas, en tanto que bien. Voluntad e inteligencia tienden naturalmente y necesariamente hacia lo que es bueno, en el sentido ontológico, y tiende aun naturalmente a lo que es moralmente bueno. Querer el bien y conseguirlo pertenece al estatuto ontológico de la persona y a la expresión de su ser.

Así, el hombre está creado para elegir el bien en cuanto tal y a realizarlo en la medida de sus posibilidades. Aceptar propuestas intrínsecamente malas esperando con ello evitar el triunfo de propuestas peores no pertenece a la naturaleza del hombre. La doctrina de la Iglesia es clara al respecto cuando afirma que la conciencia ordena “practicar el bien y evitar el mal” (CEC 1706 y 1771), que no se puede “hacer el mal” si se busca la salvación (CEC 998) y que “nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien” (CEC 1789).

Elegir un mal está fuera de lo moralmente aceptable en el marco de la doctrina católica. Pero tampoco se puede elegir un “mal menor” cuando en nuestra mano está elegir un bien. No olvidemos que el “mal menor” convierte en cotidiano algo que debería ser meramente excepcional. El “mal menor” únicamente está moralmente justificado cuando no podemos elegir ni alcanzar ningún bien, cuando este no está al alcance de nuestras posibilidades. ¿Por qué entonces hablamos tanto del “mal menor” cuando sí que está en nuestras manos proponer y elegir un bien? Los laicos católicos no pueden limitarse a elegir pasivamente entre los males que los enemigos de la vida y de la familia quieren ofrecer anestesiando su conciencia y asumiendo un papel mediocre y pasivo otorgado por las hordas laicistas.

Y por último una pregunta: ¿a qué llamamos mal menor? ¿es un mal menor el aborto? ¿y la educación laicista que reciben nuestros hijos? ¿y el derecho a decidir en qué centro educarlos? ¿y el ataque a la familia cristiana? Yo no los considero “males menores” sino males muy graves. No olvidemos, además, que una situación de “mal menor” prolongada hace que el “mal menor” sea cada vez un mal aún mayor.

Vacant von Le Fort